martes, 15 de diciembre de 2009

El aprendizaje y el desarrollo de competencias.

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

De acuerdo a la lectura realizada del documento El aprendizaje y el desarrollo de competencias de Xavier Vargas Beal, los fundamentos psicopedagógicos desde perspectivas muy variadas fueron encaminados a encontrar los aspectos que refuercen el aprendizaje por competencias como fenómeno holístico. Usando una manera analítica podemos observar un trabajo que busca dar certeza a lo que hacemos en nuestras aulas. Me permito citar algunos párrafos ilustrativos para dar respuesta a la pregunta planteada.

Considerar los conocimientos como una realidad construida por el propio sujeto en el proceso mismo de aprenderla, exige que el maestro comprenda unos niveles de complejidad cognitiva que ya no fácilmente entran en su dominio conceptual. Por lo demás, para muchos de ellos, basta saber qué contenidos van a enseñar y qué estrategias didácticas deben usar para mediar mejor el aprendizaje; bajo esta concepción educativa superficial y generalizada, si los estudiantes pueden reproducir los contenidos en los términos que el maestro dice haberlos mediado, se da por exitoso el proceso.

Claro está que los conocimientos están siendo construidos por el estudiante.
Para buscar el equilibrio en el modo como hoy día se entiende el desarrollo de las competencias profesionales, es aquel que se refiere tanto al sentido socio-ético -opuesto ciertamente al espíritu de competitividad neoliberal.

Respecto de este sentido socio-ético que las competencias han de incorporar como antídoto de una competitividad individualista, comprometida únicamente con los valores del mercado, debemos decir que los maestros universitarios están llamados a situar el desarrollo de las competencias no sólo en el ámbito de atender operativamente las prácticas socio-profesionales correspondientes, sino también y de manera muy importante, en el ámbito de atender reflexivamente la dirección socio-evolutiva de la especie, o dicho de otra manera, atender a los valores de la humanización, ello, si es que deseamos construir un mundo civilizado donde el mercado no esté por encima del destino deseable del ser humano. Saber conocer y saber hacer resuelven la tarea humana de saber el qué y el cómo pero de ninguna manera alcanzan para resolver social y éticamente él con quién y el para qué. Para ello, se necesita –en palabras de Delors- saber convivir y saber ser.

El aprendizaje siempre será significativo, pues la persona lo aprendió por algo que requirió en algún momento de su vida y con ello resolvió situaciones reales de sobrevivencia cuando lo necesitó.

Por supuesto que los contenidos no pueden ser cualquiera, necesitan ser muy claros, saber hacia donde se encaminan y que es lo que se pretende alcanzar, en este caso: aprendizaje de competencias.

Concepciones del aprendizaje y el enfoque por competencias.

¿Qué concepciones de aprendizaje nos parecen congruentes con el enfoque por competencias y por qué?

Existen diferentes y variadas teorías que han respondido a condiciones específicas a lo largo de la historia de la educación del hombre, tanto sociales, filosóficas, psicológicas, como pedagógicas para facilitar la tarea didáctica.

Me parecen un poco más congruentes con el enfoque de competencias, de acuerdo al esquema presentado por Pere Marqués, son las de Aprendizaje por descubrimiento, constructivismo y el socio-constructivismo.

J. Brunner, en su perspectiva del aprendizaje por descubrimiento, le atribuye una gran importancia a la actividad directa de los estudiantes sobre la realidad al considerar los siguientes aspectos: la especialidad en módulos y submódulos, experimentación como parte esencial, el darle un sentido a los aprendizajes y, generando espacios para la realidad.

En el constructivismo de J. Piaget, determinó las principales fases en el desarrollo cognitivo de los niños, elaboró un modelo explicativo del desarrollo de la inteligencia y del aprendizaje en general a partir de la consideración de la adaptación de los individuos al medio. Aprender no significa ni reemplazar un punto de vista (el incorrecto) por otro (el correcto), ni simplemente acumular nuevo conocimiento sobre el viejo, sino más bien transformar el conocimiento. Esta transformación, a su vez, ocurre a través del pensamiento activo y original del aprendiz. Así pues, la educación constructivista implica la experimentación y la resolución de problemas y considera que los errores no son antitéticos del aprendizaje sino más bien la base del mismo. Dentro de las secuencias podemos observar esos momentos: apertura, desarrollo y cierre.

En el enfoque del socio-constructivismo, basado en muchas de las ideas de Vigotski, considera también los aprendizajes como un proceso personal de construcción de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos (actividad instrumental), pero inseparable de la situación en la que se produce. Se requiere de medios para el logro de aprendizajes, pero sobre todo interactuar con el otro en total colaboración.